A/HRC/33/42/Add.2
9.
En 2011, empleados de DESA y el alcalde municipal de Intibucá realizaron
reuniones de socialización en Río Blanco para informar sobre el proyecto y sus beneficios,
como la construcción de carreteras y escuelas. La mayoría de los miembros de las
comunidades de Río Blanco expresaron su rechazo al proyecto durante esas reuniones y en
las más de 150 asambleas indígenas celebradas. Las comunidades se opusieron porque el
proyecto afectaría sus tierras comunales, cultivos, fuentes de agua y hábitat funcional. Se
denunciaron impactos a las tierras utilizadas por la comunidad de La Tejera para
actividades de agricultura en las riberas del río Gualcarque. En la cosmovisión lenca, el río
Gualcarque es sagrado por ser el hogar de seres espirituales femeninos. Por tanto, la
concesión de las aguas del río para la represa también representaba un sacrilegio para la
cultura lenca.
10.
En 2012 y 2013, habitantes de Río Blanco denunciaron la presencia de empleados de
DESA y SINOHYDRO en tierras comunales que habrían comenzado la construcción de la
represa. Los empleados destruyeron cultivos tradicionales y también cercaron fuentes de
agua comunitarias con el fin de abastecer de agua a la empresa. Asimismo, guardias de
seguridad impedían a los comunitarios el acceso al río para la realización de actividades
tradicionales de riego, pesca y uso doméstico.
11.
Miembros de las comunidades de Río Blanco iniciaron actos de protesta, incluyendo
la toma de la carretera construida por DESA que servía de acceso al sitio de construcción,
con el apoyo del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras
(COPINH), una organización lenca fundada por Berta Cáceres. Como respuesta, se
enviaron efectivos del ejército para custodiar permanentemente las instalaciones del
proyecto y se produjeron varios intentos de desalojo de los manifestantes. En junio de 2013,
durante una manifestación pacífica frente las instalaciones de la represa, un militar disparó
contra el dirigente lenca Tomás García y su hijo, matando al Sr. García e hiriendo
gravemente al hijo.
12.
El proyecto generó divisiones en las comunidades de Río Blanco y afectó la
convivencia social con comunidades aledañas. En septiembre de 2013 se había firmado un
acuerdo entre el Gobierno, la empresa y comunidades de Río Blanco por el que, a cambio
de su aceptación del proyecto, recibirían indemnizaciones y programas sociales por parte de
la empresa. Sin embargo, según la información recibida, algunas de las personas que
firmaron el acuerdo provenían de comunidades no indígenas de Santa Bárbara, y las
personas que representaban a las comunidades de Río Blanco no estaban autorizadas por
sus respectivas asambleas comunitarias. Por lo tanto, miembros de las comunidades de Río
Blanco han mantenido su oposición al proyecto y han rechazado los acuerdos que
supuestamente demostraban la aceptación del proyecto por parte de todas las comunidades
indígenas de Río Blanco.
Acciones legales y criminalización
13.
A raíz de la aprobación de los contratos para el proyecto Agua Zarca y otras represas
que afectaban a pueblos indígenas, COPINH interpuso denuncias ante distintas autoridades
nacionales, incluyendo la Fiscalía Especial de las Etnias del Ministerio Público, en las que
alegaba la inobservancia del deber de consultar a los pueblos indígenas de acuerdo al
Convenio número 169 de la OIT, ratificado por Honduras en 1994, incluida una denuncia
penal en contra del entonces Secretario de Recursos Naturales y Medio Ambiente que había
otorgado los permisos ambientales para dichos proyectos. Asimismo, se interpusieron
denuncias ante el Ministerio Público en contra de la empresa DESA por usurpación de
tierras y en contra del alcalde de Intibucá por permitir el proyecto en Río Blanco.
14.
En 2015, se presentó un requerimiento fiscal por el delito de abuso de autoridad en
contra del alcalde de Intibucá y se dictaminó un auto formal de procesamiento por el delito
de abuso de autoridad en contra del ex Secretario de Recursos Naturales y Medio Ambiente
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GE.16-12632